EL PERRO de GUARDIA y DEFENSA

 

ULa fe que desde siempre depositó el hombre en el perro, por lo menos en el perro propio, tiene origen y confirmación en su probada fidelidad, en el apego nada interesado hacia la persona y los bienes del amo, para cuya defensa no vacila en sacrificar su vida.

En la Grecia antigua se confiaba a los perros la custodia de los templos y las fortalezas. Ampliamente difundido fue el ejemplo de Soter, antepasado del alano actual, que defendía, con cuarenta y nueve compañeros las explanadas de Corinto. Durante las fiestas en honor de Afrodita, en mayo del 581 AC, las abundantes libaciones a la diosa debilitaron la vigilancia de la población, aprovechándose de ello, los nauplios, enemigos ancestrales de los corintios, desencadenaron un ataque imprevisto por mar. Solo los perros vigilaban listos a hacer frente a los adversarios; aunque hubiesen avisado ladrando, los habitantes no se hubieran dado por enterados. Lanzados generosamente contra los agresores, muchos cayeron atravesados por las flechas, cuando estaban a punto de ser vencidos, Soter comprendió que solo los soldados podían detener a los enemigos, corrió a la ciudad para arrancar a los ciudadanos de su sopor; lo logró y finalmente los nauplios fueron rechazados. Soter (en griego, Salvador) fue homenajeado y los habitantes de Corinto le regalaron un collar de plata con ls inscripción "A Soter, salvador de Corinto", luego tal vez para hacerse perdonar el juego de palabras, el Estado decidió manterlo hasta su muerte a cargo del erario público.

Los perros de las razas de utilidad y algunos perros de compañía, y también terriers y lebrels, poseen el instinto innato de la guardia, y un adiestramiento oportuno que desarrolla y disciplina sus cualidades resulta sin duda alguna inapreciable. Adiestramiento que, sin embargo, requiere como cualidades fundamentales del instructor, psicología, paciencia y gran espíritu de observación: un perro maltratado puede volverse miedoso y, por lo tanto, inútil. En las buenas escuelas, estos puntos se tienen en cuenta sistemáticamente, durante la primera semana de entrenamiento, no se le exige al perro que realice ningún ejercicio, sino que se lo hace jugar para conocer su carácter y discernir sus méritos y defectos, hasta las cualidades negativas podrán aprovecharse durante el curso.

El adiestramiento supone dos etapas: la primera corresponde a las normas elementales de educación y puede empezar inmediatamente después de haber adquirido el perro. La segunda etapa, que profundiza las enseñanzas especíicas para la guardia y defensa de la casa y del amo, requiere que el animal ya esté desarrollado físicamente y psíquicamente: no podrá realizarse, por lo tanto, antes de los seis u diez meses, según la raza a la que pertenezca.

Con un trabajo paciente, largo y dificultoso, se superarán todos los obstáculos, pero no debe pretenderse que en unos pocos meses el perro pueda rivalizar con los campeones más celebrados: basta considerar que se necesitan hasta dos años para los ejercicios más difíciles, como la escalada de obstáculos y la superación del atávico temor al fuego.

Al pasar a las indicaciones prácticas de adiestramiento para la guardia y la defensa, es necesario subrayar que el instinto del perro lo hace, de inmediato, buen guardián: es difícil que no ladre cuando un extraño se aproxima a la puerta de la casa. Por otra parte, es posible desarrollar y perfeccionar estas extraordinarias cualidades naturales, para que puedan utilizarse en una gama de empleos más amplia.

Consultar Adiestradores