Razas que intervinieron en su formación
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El Dogo Argentino
Transcripción
de la nota que enviara el Dr. Agustín Nores Martínez al Gobernador del Chubut
con respecto a concursos de caza de jabalí;
y respuesta del Gobernador
Esquel, (Ch.) noviembre 4 de 1969
Excmo.
Señor Gobernador de la
Provincia del Chubut
Contraalmirante don Guillermo Pésrez Pitton
S/D
Por el diario Esquel de la fecha, tomo conocimiento que una titulada Federación
Argentina de Entidades protectoras de Animales, se ha dirigido al señor
Gobernador en una insólita nota, adoptando una actitud ridícula
que pareciera movida más por ansias de publicidad que no por los
sentimientos y la razón. Los firmantes de la precitada nota -cuya
existencia debo suponer, ya que ha aparecido en el periódico local-
han incurrido evidentemente en el delito de falsa denuncia, punido en
el art. 276, inciso tercero de nuestro código penal, que textualmente
expresa :"Será castigado con prisión de un mes a dos
años, el que ante la autoridad afirmare falsamente que se ha cometido
un delito de acción pública o simulare los rastros de éste
con el fin de incluir a la instrucción a un proceso para investigarlo".
La
Comisión Directiva del Club de Caza y Pesca de Cholilla, falsamente
acusados de la comisión de delitos de acción pública,
podrá iniciar las acciones judiciales pertinentes y querellas por
falsa denuncia, contra los firmantes de la nota de marras, si así
estiman hacerlo. Soy autor del reglamento que se aplicó para el exitoso concurso
de caza del jabalí "Con no más de cuatro perros y a
cuchillo", que se llevó a cabo como motivo de atracción
turística, en Cholilla. Con amplia publicidad y auspiciada por
la Dirección de Turismo de la Provincia, que tiene a su frente
a un hombre capaz y activo que comprendió desde el primer momento
el alto interés turístico de la prueba y que donó
valiosos premios para los participantes. Aún cuando por razones
de salud, me ví impedido de participar ni pude tampoco actuar de
jurado, para lo que se me designó, me hago totalmente solidario
en esta emergencia con los miembros del Club de Caza y Pesca de Cholilla
y me siento como deportista y amante del viril deporte de la caza mayor,
especialmente de la caza del jabalí con dogos y a cuchillo, absolutamnete
identificado con los organizadores del concurso. La inconsulta nota de referencia, prueba que sigue teniendo vigencia la
histórica queja de que "el país no se termina en Arroyo
del Medio". Continúa habiendo argentinos, que nada saben,
que todo lo ignoran más allá de la Avenida General Paz.
La
realidad Argentina no se ve ni se palpa desde Corrientes y Florida, mientras
se distraen los ocios frente a un pocillo de café en un departamento
con aire acondicionado. Para conocer el país, opinar de sus problemas
y buscarle soluciones. Hay que recorrerlo palmo a palmo en su inmensa
extensión. No se puede juzgar ni la vida, ni la obra ni el accionar
de los hombres de la Patagonia, desde un mullido sillón de la Capital
Federal. La gran extensión y el ambiente distinto, fueron entre
otras, la razón de nuestro federalismo. Si los firmantes de esa nota se hubieran tomado el trabajo siquiera de
preguntar a alguien que conozca el problema de los depredadores de nuestra
ganadería, habrían aprendido que aquí cazamos el
jabalí con jaurías de dogos y a cuchillo. Porque es la única
forma de cazarlos y al final de cuentas la más humana. En las provincias
de clima seco, como La Pampa o San Luis se los puede cazar con armas de
fuego, esperándolos en las aguadas. Pero en esta cordillera donde
hay agua en todas partes, es absolutamente imposible cazarlos a la espera
o al acecho, ya que de día permanecen escondidos en la espesura
de la selva, donde solamente se los puede ubicar y hacer salir de sus
madrigueras con jaurías de perros apropiados, sean dogos o de otras
razas. De noche es imposible hacerlo por razones obvias. Tiene que ser
con perros que sujeten al jabalí, es decir que tengan valor para
pelearlo--esa pelea que tanto asusta a los condolidos y llorosos defensores
del jabalí--porque si no lo sujetan y son perros que se limitan
a ladrar, jamás el cazador lo tendrá a tiro, ni lo verá
siquiera ante la imposibilidad de seguirlo en su huida, sea que el cazador
lo intente de a pie o de a caballo, por la nieve, el hielo o lo abrupto
de la cordillera. Al encontrar el jabalí la jauría en los escasos minutos
que dura la lucha, a veces cuestión de segundos, es imposible hacerles
disparos de armas de fuego, sin correr el gravísimo peligro de
dar muerte a algún compañero de caza que llegó antes
que uno al lugar de la lucha y al que no se le vé por la espesura
del monte o a algún perro en el remolino de la pelea.
Ni un campeón olímpico de tiro, podría asegurar que
herirá de muerte solamente al jabalí, en tan difíciles
circunstancias por el movimiento vertiginoso del blanco, la espesura de
la selva, la nerviosidad del instante y la emoción inenarrable
que siente el hombre, ante elnovilísimo espectáculo de ver
desatadas las furias de la naturaleza, en el drama de la vida y de la
muerte, en que son protagonistas el jabalí, los dogos y el cazador.
Claro que esto es difícil comprenderlo a algunas mentalidades.
Cabe agregar para suplir la ignorancia de los redactores y firmantes de
la nota a que me refiero, que en estas cacerías solamente puede
llevarse revólver o pistola, ya que las armas largas es imposible
transportarlas de a caballo y en tan espesos montes, hasta el lugar del
encuentro. Por otra parte habría que preguntarles a los firmantes de la nota
a que me refiero, en qué se basan para asegurar que morir de una
certera puñalada en el corazón, en plena lucha y ardor del
combate, en que el cuerpo se insensibiliza, es más doloroso que
morir de una peritonitis producida por un proyectil insuficiente o que
no tocó órgano vital, en medio de la selva, en la soledad
de los bosques, donde nadie pueda darle al animal herido una muerte piadosa,
como ocurre la mayoría de las veces en que emplean armas de fuego
en estas emergencias. Realmente es increible, que se puedan emitir opiniones
tan disparatadas, respecto a la caza del jabalí, como no sea ignorándose
totalmente el problema. Como parece surgir de la nota que comento, que sus firmantes subestiman
la caza del jabalí a cuchillo, como deporte viril y recio, sugiero
al señor Gobernador, que se los invite a que vengan al sur y yo
gustoso los acompañaré a que terminen a cuchillo a un barraco
adulto de doscientos kilos. Aún "cuando está inmovilizado
por dogos amaestrados" como lo afirman, y comprueben si cazarlos
así "constituye una violación a los principios de hidalguía
y de igualdad de condiciones" como con tan supina ignorancia se afirma
también en la nota. Confieso, señor Gobernador, que como argentino, siento una profunda
tristeza al constatar que haya hombres en nuestro país que tengan
la mentalidad que traduce el contenido de esta nota. Es la misma tristeza
que sentía el General Garmendia de nuestro viejo y glorioso ejército
argentino, cuando se empeñaba en que no se suprimiera la doma de
potros y de mulas, como parte de la instrucción de nuestros jóvenes
conscriptos, porque ese espectáculo, varonil y hasta brutal si
se quiere. Ponía a prueba y ejercitaba el valor del soldado. La patria se hizo grande con esta estirpe de gauchos rudos y valientes
de nuestra campaña, entre los que San Martín, Belgrano y
Güemes reclutaron el elemento humano, para formar los ejércitos
que nos dieron patria y libertad. Esos héroes ignorados, el "Soldado
desconocido" de nuestra epopeya criolla, aprendió a hacer
la patria domando potros y baguales, desjarretando vacunos, boleando avestruces,
guanacos y guazunchos a la carrera, enlazando pumas y matándolos
con una chuza y peleando al jaguar, envuelto el poncho pampa en un brazo
y con el puñal en la otra. Sin duda que los firmantes de la nota, habrían calificado de salvajes
y pedido el procesamiento de nuestros gauchos y soldados. Y entristece también la nota, porque su tono lastimero y llorón
nos ratifica que desgraciadamente se cumple en las grandes ciudades entre
algunas personas, felizmente las menos, ese fenómeno sociológico
de la tendencia a la igualdad de los sexos, como un lastre de la vida
civilizada. Esa tendencia a la feminización del varón, observada
por psicólogos, médicos y sociólogos que si bien
se explica en le Roma de la decadencia, no tiene razón en la actualidad,
cuando la medicina pedagógica cuenta con el ACTH, la cortisona
y el testosterón. Felizmente, repito, son innumerables los argentinos, que aún viviendo
en esa jungla de cemento, que son las grandes ciudades, saben eludir sus
fronteras y recorrer la patria, internándose en sus bosques, sus
montañas y sus prados para darse ese "Baño de humanidad"
a que se refiere Ortega y Gasset, cuando el hombre se dedica al viejo
y noble deporte de la caza. Dice el Dr. José María Rosa, en el tomo primero. Página
31 de su Historia Argentina--de la que aparecieron ya ocho tomos--hablando
del alma española y de la clase de hombres que conquistaron estas
tierras y de los que me siento orgullosos descendiente, que: "El
español de todas las clases se educó para la guerra. Si
era caballero, templaba desde niño sus nervios familiarizándose
con las armas y la arriesgada caza del jabalí a la lanza o rejoneo
de toros bravos, a caballo, si flaqueaba, podía tomar el camino
de los claustros, donde el coraje revestía otras formas".
Es demasiado conocido el deporte inglés de la caza del jabalí
con lanza para recordarlo, el que también se practica en otros
países. Habría que preguntarle a estos condolidos defensores del jabalí
si es menos cruel el jabalí cuando mata miles de corderos o cuando
se cazan zorros con trampas en que quedan aprisionados días y días
, hasta que a veces mueren de hambre y dolor, o cuando se matan las ratas
con veneno que dan muerte lenta o el diario degüello de miles y miles
de inocentes corderos. ¡Y sabe Dios si las hormigas o moscas no
sufren cuando patalean en el suelo volteados por el Flit!. Es que no hay que confundir el cariño sincero por los animales
con la sensiblería mujeril, ridícula y afeminada. La Patagonia
es tierra de hombres aguerridos y valientes. Hay que juzgarnos en nuestro
ambiente , donde la vida es dura, el clima rudo, las montañas son
altas, las distancias y el hombre de la zona ha aprendido a confiar más
en sus propias fuerzas que en la ayuda exterior. Sabe que al levantarse
cada mañana, debe estar dispuesto a abrir nuevas picadas en la
maraña del bosque. Lleva vida de hombre y por eso debe comprenderse
y hasta "perdonarse" que prefiera como deporte la caz del jabalí
con dogos y a cuchillo, antes que el ping pong o la canasta uruguaya...... La gran cantidad de cazadores de la capital y extranjeros que continuamente
nos visitan para participar activamente de nuestras cacerías de
jabalíes con dogos y a cuchillo, es índice sintomático
de que no estamos solos en nuestros gustos "salvajes" como tan
gratuitamente nos califican los firmantes de la nota. Y al respecto es bueno recordar lo que la biología enseña
y es que cada sexo tiene su conducta y sus gustos. El hombre piensa, siente
y obra como hombre y la mujer, siente, piensa y obra como mujer y la razón
de esa conducta y en la morfología donde se revela la normalidad
o anormalidad del funcionamiento endócrino. En pocas palabras,
en Biología no hay mas que dos sexos: o se es macho o se es hembra.
El término medio es lo patológico. Lo malo es cuando ese término medio pretende erigirse como modelo
o como cánon y se convierte en acusador. En la convicción de que el señor Gobernador como hombre
de armas y que desde su alto cargo supo auspiciar por intermedio de la
Dirección de Turismo el concurso de caza del jabalí, en
Cholilla, ha de comprender nuestra posición y sabrá dar
su verdadera ubicación y destino a la inconsulta e insólita
nota a que me vengo refiriendo en esta presentación. Sólo me resta pedirle que sepa disimular la extensión de
esta nota y presentarle las expresiones de mi consideración más
distinguida.
Dios guarde al señor Gobernador.
Dr. AGUSTIN NORES MARTINEZ - Rwson (Ch), noviembre 19 de 1969
Nº 134 S.P.
Señor Dr. Agustín Nores Martínez
San martín 1069
Esquel
Estimado Dr. Nores Martínez: En respuesta a su atenta nota de fecha 4 de noviembre del cte. Año, le informo al respecto que estoy de acuerdo con lo por Ud. expresado en lo referente a la forma utilizada para la caza del jabalí con dogos y a cuchillo, por lo tanto he dispuesto archivar la nota enviada por las Entidades protectoras de Animales.
Sin otro particular, aprovecho esta oportunidad para saludarlo con la mayor consideración.
GUILLERMO PEREZ PITTON
Gobernador de la Provincia del Chubut